De acuerdo a lo expresado por los productores agropecuarios y las correspondientes entidades rurales que los representan, son la incertidumbre, la falta de rentabilidad y el incumplimiento de diversos acuerdos entre el Gobierno Nacional y los exportadores las causas que actúan como elementos desalentadores, lo que hace necesario la eliminación de las retenciones y regularizaciones impuestas por el Gobierno, que traban la entrada de cereales tales como el trigo y la cebada a la libre competencia del mercado. Meckievi considera que empujar a la agricultura de muchos partidos de la provincia, en especial de toda la mitad sur, a la casi exclusiva producción de soja (por ser ésta la única actividad agrícola adaptada a las condiciones climáticas y edáficas de esa área que goza de un mercado transparente y competitivo), es un error desde el punto de vista agronómico y económico, sin contar el riesgo climático que supone incurrir en un monocultivo. Darle cobijo a dicho sector de la producción agropecuaria traería beneficios, tales como una mayor diversidad de servicios e industrias demandantes de mano de obra, la venta libre de su cosecha por parte de los productores y a precio digno que permita cubrir sus costos, y de ser posible cancelar deudas bancarias y con proveedores. Otra consecuencia seria la reactivación de la actividad de fletes de cereales, que se paralizan mientras no ingresa aun la cosecha gruesa, produciendo una subutilización y desvalorización de la actividad acopiadora.