EL TERCER ARGENTINO

Uno de cada tres argentinos es pobre, un total de 12 millones y medio se encuentra por debajo de la línea de pobreza de los cuales más de 4 millones son indigentes. Las cifras oficiales dicen otra cosa y tratan de esconder la realidad. A pesar de lo que dice el Indec los niveles de pobreza en el país han aumentado. Estos datos salen a la luz a través de las estadísticas privadas, que demuestran que las medidas tomadas por parte de los organismos de gobierno son obsoletas a la hora de combatir la pobreza y la marginalidad. El año anterior la pobreza aumentó y trepó a la cifra de 31,2 %, y la indigencia se ubicó en 11,2 %, lo que registra cinco puntos porcentuales por encima de los niveles registrados en el 2008, según la consultora privada Ecolatina. Esta misma fuente afirma que existen en el país 12.534.000 de individuos que son pobres, de los cuales 4.507.000 ni siquiera pueden alcanzar la Canasta Básica Alimentaría, por lo cual son indigentes y están por debajo de la línea de la pobreza. Una de las razones de la suba de la pobreza es el aumento de la Inflación que según el índice de precios del INDEC, la inflación de 2009 fue del 7,7%, cuando todas las consultoras privadas aseguran un orden que va del 14 al 16 por ciento anual. La ecuación es simple, si los precios suben esto repercute con mas fuerza en los sectores sociales bajos, por lo cual si la inflación aumenta un 15% anual, los sectores mas postergados deberían registrar un incremento de sus ingresos en ese mismo porcentaje para mantener la cifra, o bien aumentar por encima del 15 % sus ingresos para bajar la cifra, cosa que no sucedió. Con respecto a los jóvenes el 37,5 % de los menores de 18 años que habitan los centros urbanos de la Argentina son pobres, es decir, algo más de 6,29 millones viven en la pobreza. Con esta información se puede ver que las medidas que saca adelante el gobierno para apaliar la pobreza, como el plan de asignación por hijos, planes asistenciales y pensiones no contributivas resultan irregulares a la hora de mejorar la calidad de vida de los argentinos. Para que el grueso de la población pueda encontrarse por encima de los niveles de pobreza, una acción fundamental es la creación de nuevas fuentes de trabajo, y estas son posibles a través de la inversión. Pero para eso se necesita tener seguridad jurídica, una representación económica con reconocimiento y un organismo confiable que refleje las estadísticas nacionales en cifras reales. Ninguno de estos requisitos se hace presente hoy en la clase dirigente actual. Vemos también que el intento de tapar la realidad de lo más postergados, no solo se refleja en los índices oficiales, sino a través de presiones a las instituciones que tratan de decir la verdad de la situación nacional tal es el caso de los esfuerzos del episcopado argentino al intentar consensuar un documento sobre la pobreza en el país. Como argentinos debemos entender que para poder cambiar nuestro destino, necesitamos conocer la gravedad de los hechos y tomar cartas en el asunto, pensando en el tercer argentino, ese que es pobre.