Emmanuel Macron resultó electo como nuevo presidente de Francia tras imponerse en la segunda vuelta, el pasado domingo 7 de Mayo, con el 66,1% de los votos frente a la representante del Partido Nacionalista, Marine Le Pen, que obtuvo el 33,9%.
Y un día la sorpresa llegó para Francia, más propiamente para Emmanuel Macron que alcanzó la presidencia del país Galo con apenas 39 años de edad y convirtiéndose en el presidente más joven del país por detrás de Napoleón Bonaparte. No pudo ni la derecha ni la izquierda, mucho menos el extremo de ambas corrientes de pensamiento, sino que el sillón del Palacio del Eliseo será ocupado por un candidato que se desentendió de toda ideología y donde ponderó más la bandera francesa como símbolo máximo de representación.
El gran interrogante es; ¿Cómo un joven ex ministro de economía pudo llegar a lo más alto del escalafón político?.
Varios han sido los análisis que han entretejido cientos de medios de comunicación del mundo en pos de confeccionar una respuesta certera y que explique lo sucedido el pasado domingo. Macron solo fue ministro de economía durante el gobierno de François Hollande y sin embargo logró el consentimiento del pueblo Francés con su gran estandarte, que lejos de ser un partido político, se convirtió en un gran movimiento llamado “En Marche”. Este intentó trascender las fronteras ideológicas de las convencionales ofertas políticas y produjo una especie de innovación de ideales representativos para la construcción de un nuevo proceso en Francia.
Durante toda la campaña presidencial, Macron apostó a que sus visiones sobre una política más metódica y sin extremos, comenzara a destellar entre la de los demás candidatos que parecían estar notoriamente más visibles dentro de la escena electoral y con un aventajado terreno rumbo al Palacio del Eliseo. Le Pen, líder del Partido Nacionalista, avizoraba como la voz que parecía ser el eco de la del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, debido a sus políticas severas frente a la inmigración, la necesidad de revalorizar el sentimiento nacional y devolverle una identidad a aquellos sectores más conservadores y reticentes hacia las izquierdas o las nuevas formas de política.
Además, Le Pen basó sus discursos con un lenguaje y hasta tecnicismos bien peyorativos al referirse a la cuestión Europea, cuestión no menor, ya que para muchos analistas políticos, económicos y hasta algunos periodistas, estaba latente la posibilidad de un “Frexit”. La necesidad de apartar de escena a los movimientos de izquierda, quienes se manifestaron en contra de la propia Le Pen, durante toda la campaña, también fue otra cuestión que podría explicar la no elección de Le Pen.
En términos de la escritora Cubana exiliada en París, Zoé Valdes, “Le Pen se enajenó el apoyo de la derecha (republicana o gaullista) al coquetear con los votos de la ultraizquierda de Mélenchon, candidato descartado en la primera vuelta y admirador de las satrapías neomarxistas latinoamericanas”.
Pero, quedó en claro que todos los extremos son malos, parafraseando claro está. Macron fue conquistando adeptos con una política más de centro, menos excluyente y determinativa y sí más contemplativa. RPP Noticias, pone de manifiesto una serie de factores que pueden atribuírsele a la victoria de Macron.
Tal medio asegura que la suerte estuvo de su lado, ya que el candidato favorito inicial era el centro derechista François Fillon, cuando de repente un escándalo público enfrió su campaña y al revelarse a comienzos de este año que había contratado de forma ilegal como asistente parlamentaria, a su esposa. Por otra parte, se menciona que la candidatura de Macron fue llevada con astucia ya que, “Macron observó con atención el panorama político regional, atento especialmente a los nuevos movimientos políticos surgidos en otros países como Podemos en España o el 5 Estrellas en Italia”, afirmó RPP.
A su vez, Macron vio esto como una oportunidad, ya que en Francia no existía algo similar y allí es donde le dio vida a su movimiento “En Marche” (En Marcha), a inicios de Abril de 2016, para luego retirarse del gobierno de Hollande y así iniciar su candidatura. Además, “La campaña utilizó algoritmos de una empresa política para identificar los distritos y barrios que eran más representativos de Francia”, argumenta la periodista independiente Emily Schultheis, siendo que cada uno de los datos de las 25.000 entrevistas que se realizaron aproximadamente, se depositaron en una base de datos que ayudó a establecer las prioridades y políticas de la campaña.
La predominancia de un “mensaje positivo” también se encuadra dentro de los pormenores para explicar el camino de Macron hacia la presidencia. “Es joven, lleno de energía y no explicaba lo que va a hacer de Francia, sino como la gente conseguirá oportunidades”, sostuvo Marc-Olivier Padis, quien fuera Director de Estudios de Terranova.
Y en última instancia, fue la propia Marine Le Pen la opositora y contrincante, que como se mencionó anteriormente, tuvo posturas antiinmigración, anti Unión Europea y Anti sistema, por el contrario de Macron. Puede pensarse también que, el hartazgo de las confrontaciones políticas de las corrientes más tradicionales en Francia haya socavado las bases de los ciudadanos, junto con un deseo no extremista de gobierno y de polifonía de voces con cambios en algunos sistemas, Macron aparecía como la respuesta más alentadora hacia algo nuevo, a otro discurso, otra visión de la realidad.
Sin dudas que tendrá que poner manos a la obra el nuevo Jefe de Estado, donde aún perduran varios conflictos dentro del país Galo, que tiene un 10,1% de desempleo a nivel general, según datos aportados por la web datosmacro.com y que si bien ha descendido en lo que va del 2017, sigue siendo una gran preocupación, así como lo que pueda acontecer en relación a las políticas migratorias y la cuestión de la crisis demográfica respecto de la masiva inmigración islámica.