La política volvió a ser de quienes sueñan con un país, una provincia y una ciudad diferente, con inclusión y participación. Es la Juventud la portadora y generadora de sueños por excelencia. No se puede negar que gracias al modelo iniciado en 2003, la Política dejó de estar vedada a los jóvenes. Fue por la rebeldía de Néstor Kirchner que se ha restaurado el sentido y la significación de la política como herramienta de transformación de la realidad social. Teniendo siempre como gran objetivo, llevar felicidad al Pueblo. Néstor Kirchner hizo realidad efectiva ciertas cuestiones que antes, desde los sectores políticos, sólo quedaban en bellos discursos sin su correlato en los hechos. Néstor demostró que la Política no sólo se dice, sino que por sobre todas las cosas, se hace. La juventud, comenzó a tener su referente y héroe en un hombre común que cumplía con lo que sostenía en sus discursos. Un hombre que olvidaba el protocolo, las formalidades y que siempre tenía tiempo para escuchar y saludar a cada vecino que lo detuviese en su camino. Lo que despertó la pasión de la Juventud por la Política no fue el desapego por las formas, sino la profundidad de las transformaciones, el entendimiento para rediscutir las reglas del juego con los poderosos, la conciencia de devolverle su lugar a los olvidados de la historia, la necesidad de ganar elecciones para transformar, la apertura a la hora de discutir temas que no se imponían desde la agenda mediática. El desafío que tenemos los referentes frente a la militancia y la participación juvenil en política, es un desafío cultural, debemos poseer la sapiencia para encauzar estos fenómenos, pero sin imponer condición alguna que no sea la del compromiso propio y grupal. Debemos velar para que el fenómeno de la militancia juvenil en política no se agote ni extinga. Igual de importante es tener la suficiente humildad y grandeza para aprender y escuchar lo que la Juventud tiene para decir y hacer, dispuestos a ceder los espacios necesarios en pos de dar garantías a la continuidad de este fenómeno transformador, para que se concrete el trasvasamiento generacional del que Perón nos hablaba. Ese es el rol que pretendemos para la Juventud, un rol protagónico en la lucha por la Patria. El trasvasamiento se inscribe y se concibe en este contexto. En términos concretos, desde el 2003 asistimos al agotamiento de una manera de hacer política, somos testigos de la extinción de la demagogia en la política y vemos crecer el modelo inclusivo, nacional y popular, con una matriz productiva diversificada. En los distintos niveles del Estado se tomó conciencia de que la Juventud es un fenómeno político que debe tener un espacio institucional y fundamentalmente de conducción. En la actualidad son muchos los jóvenes que se han inmiscuido en temas de gestión, que se capacitan de forma constante para ser parte de un Estado Modernizador, y por sobre todas las cosas, para asumir compromisos cada vez más importantes con la ciudadanía. Muchos de estos jóvenes son hijos de una generación que soñó por un país como el de hoy, y sin embargo muchos de esos sueños se vieron truncos por la peor época que vivimos los argentinos. Estamos convencidos de que las ciudades no crecen aisladas del Modelo Nacional y el acompañamiento provincial. Un trabajador incansable como es nuestro Gobernador Daniel Scioli, nos enseña día a día la importancia de la articulación coordinada entre el gobierno municipal, provincial y nacional. Solo con esta sinergia se logra la transformación que le devuelve a la gente la dignidad y felicidad por la que trabajamos desde el año 2003. Los invitamos a seguir construyendo estos espacios que tanto necesitamos para que la ciudad de La Plata vuelva a estar a la vanguardia y a la altura de las circunstancias.