Sean escuelas públicas o privadas, de zonas rurales y/o urbanas, el proyecto que es autoría del Senador José Luis Pallares tiene por finalidad promover el desarrollo de huertas escolares, donde los alumnos puedan aprender y producir alimentos propios, bajo la supervisión de personal docente capacitado.
Al respecto, el proyecto expresa que “todos los alumnos de la Provincia de Buenos Aires tienen derecho a recibir educación adecuada al cultivo, cuidado y cosecha de frutas, verduras y hortalizas en huertas orgánicas.
Asimismo, entre los objetivos más importantes de la iniciativa, se encuentran:
- Incluir la huerta escolar orgánica como recurso pedagógico en las instituciones educativas, de carácter integral y transversal, para la enseñanza de contenidos curriculares propios de las ciencias naturales, sociales, la educación ambiental y la educación para la salud
- Implementar talleres teóricos-prácticos sobre fruti-horticultura destinados a directivos, docentes, estudiantes, padres y a toda la comunidad educativa.
- Generar conciencia ambiental en los niños, niñas y jóvenes, favoreciendo la capacitación y la concientización acerca del reciclado de residuos, la gestión integral y sostenible de los recursos hídricos y la utilización de fuentes de energía renovables.
Cabe destacar que son múltiples los antecedentes, programas e iniciativas que ha promovido el establecimiento de experiencias de huertas, cuyo acervo debe ser aprovechado y desarrollado en el particular momento que vive el país, con una persistente pobreza estructural y alarmantes falencias alimentarias, conforme revelan los más recientes estudios de la realidad social en la Provincia de Buenos Aires.
Ante esa situación, “creemos oportuno insistir, mediante el presente proyecto de Huertas Escolares, con una iniciativa destinada al mismo tiempo a promover valores ambientales y de seguridad y salud alimentaria”, expresaron desde el espacio de Pallares.
Seguidamente, añadieron que “la educación es una herramienta fundamental para inculcar, compartir y reproducir valores sociales, y la incorporación de la educación ambiental en los sistemas educativos constituye un avance significativo en el proceso de construcción de una ciudadanía ambientalmente comprometida”.
“Los continuos cambios en la problemática ambiental requieren que se promuevan procesos orientados a la construcción de valores, conocimientos y actitudes que posibiliten formar capacidades con miras a un desarrollo sustentable basado en el valor del trabajo, la equidad y justicia social”, esbozaron desde el entorno de Pallares.