Ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de avanzar en la llamada “ley de Motochorros”, que obtuvo recientemente la media sanción en Diputados, y que reforma el Código de Tránsito bonaerense para hacer obligatorio el uso del chaleco identificador reflectante en el conductor y en el acompañante, a la vez que también la identificación de la patente de la moto en los cascos.
“Esta ley surgió de la necesidad de terminar con una modalidad delictiva que
opera en todos los sectores y en todos los horarios. Recientemente hemos tenido
en Mar del Plata el caso de Tomás Marco, cobardemente asesinado por dos
motochorros, y por eso dialogamos con el ministro sobre la centralidad de esta
ley para nuestros vecinos”, contó Abad al finalizar el encuentro.
“Hay un antes y un después muy claro en materia de seguridad: el antes mostraba
una fuerza policial en la que muchos efectivos no tenían la formación adecuada,
que carecía de recursos básicos, y en la cual algunos vivos encontraban muchas
oportunidades para la corrupción y la connivencia con el delito; el ahora
implica cuidar al que nos cuida, valorar al que hace bien las cosas, y al que
las hace mal caerle con todo el peso del Estado. En ese marco, le expuse al
ministro una serie de iniciativas que estamos pensando para Mar del Plata,
porque hoy lo más grueso está hecho por la gestión de Ritondo, y eso nos
permite poder pensar en el futuro que queremos”, puntualizó el legislador.
“Estoy convencido de que están dadas las condiciones de iniciar nuevas
experiencias con relación a una policía que esté vinculada al turismo y
capacitada en la materia, y de una iniciativa de corredores seguros para
adultos mayores que estoy convencido que puede ser muy importante para nuestra
ciudad. Pero, insisto, si podemos proyectar y pensar en el futuro es por la
seriedad y la contundencia de las batallas que ha encabezado Ritondo y nuestra
gobernadora en la lucha contra las mafias, contra el crimen organizado y contra
el narcotráfico”, dijo Abad.
Finalmente, Abad contó que conversaron con el ministro sobre la medida que
establece la instalación de aparatos biométricos en distintas dependencias para
controlar los horarios de ingreso y egreso de los uniformados a sus puestos
laborales: “Creo que es parte del mismo proceso: una medida así en una
dependencia del Estado sólo es posible si se ha hecho un trabajo previo,
sostenido y serio. Hace tres años, cuando los policías tenían que pasarse unos
a otros el chaleco antibalas porque no había para todos, era impensable ejercer
un control sobre quiénes cumplían o no las horas de trabajo que pagamos todos
los contribuyentes”.
Cabe destacar que esta medida, que ya comenzó en San Martín, Quilmes, La Plata, La Matanza, Almirante Brown, Lanús, y Pilar, entre otros, llegaría próximamente a Bahía Blanca y también a Mar del Plata. Cuidamos a los que más cuidados necesitan.