Y si, lamentablemente para los amantes del fútbol, la competencia que más atracción genera y por la que se debe aguardar cuatro años, nuevamente tuvo un capítulo final. La Copa del Mundo de Rusia ya es historia, aunque ahora comenzarán a aflorar diversas conjeturas y análisis de lo que arrojó otra edición de la máxima cita mundialista.
Un competencia que estuvo fuertemente marcada por una sola certeza, desde los primeros encuentros, y fue que lo que muchas veces por lógica debía haber sucedido, no pasó. Hoy Francia se coronó tras 20 años de aquella vez en la que fue anfitrión y logró quedarse con los laureles en 1998, tras derrotar a un Brasil con grandes jugadores, por 3-0.
En aquella oportunidad, futbolistas de la talla de Zinedine Zidane y Didier Deschamps fueron los artífices de llevar a los Galos a obtener su primera copa. Hoy, nuevamente reapareció esa jerarquía que supieron tener aquellas generaciones de planteles que marcaron la historia del fútbol francés.
Esta vez, Deschamps como estratega, con gran experiencia y una generación que ha añadido una página más de gloria. Honestamente, fue el único seleccionado que supo llegar hasta el final con aquella chapa de candidato y que cumplió con creces lo que se esperaba. Aunque no lució, Francia fue contundente y el premio mayor es recompensa a esa contundencia, que dejó en el camino nada más y nada menos que a Argentina, Bélgica y Uruguay.
Un equipo que encontró en Kylian Mbappé una especie de reencarnación de aquel Zidane en sus comienzos, pero del Siglo XXI. Su veolcidad, pegada, mentalidad, capacidad de conducción y tantos otros atributos, fueron el artífice de este final, que cerró con una goleada por 4-2 sobre Croacia.
Pero como olvidar la velocidad de Antoine Griezmann, otro de los pilares para esta nueva conquista mundialista, que también es consecuencia de la gran dupla central con Samuel Umtiti y Raphael Varane; dos grandes laterales con mucho futuro como Lucas Hernández y Benjamin Pavard; el gran capitán del mediocampo como Paul Pogba, junto con la firmeza de Ngolo Kanté y Blaise Matuidi. Y claro, el gran Hugo Lloris, que más allá del grosero error que cometió en la final, tuvo una copa del mundo excepcional para cerrar el arco con grandes atajadas y sólidas actuaciones.
Francia campeón del mundo, en un histórico mundial, donde también es de gran mérito destacar la actuación de Croacia, un país con no muchas presencias en esta competición, y que esta vez a fuerza de trabajo en equipo llegó hasta el último encuentro del certamen. Sin dudas, una generación croata que también quedará en la memoria de este deporte y que quizá dentro de dos años pueda lograr un resultado final diverso al de hoy, en la Eurocopa 2020.
No hay que olvidarse de lo hecho por la propia Rusia, quien llegaba al mundial abrumada de prejuicios y que la realidad marcó algo muy diferente, cuando se metió entre los cuatro mejores. Hay que recordar a Bélgica también, que logró el tercer lugar después de haber caído en Octavos de final en la anterior copa del 2014. O Inglaterra, que tras dos competiciones de no poder superar la primera ronda, se adueñó de la cuarta ubicación.
Un mundial que también dejó a un refundado Brasil, que más allá de no obtener el primer puesto, borró aquella imagen que había dejado cuatro años atrás tras la derrota ante Alemania por 1-7 y que ahora cayó por tan solo un tanto frente a los belgas (1-2). El equipo de Tite tiene un gran futuro por delante y deberá seguir trabajando para lograr su máximo potencial. Y qué decir de una deslucida e irreconocible Alemania, quien aún con la corona en mano después de consagrarse en Brasil 2014, ahora no supo encontrar el sendero ganador y armó rápidamente las valijas, luego de caer en la fase de grupos.
Por otra parte, fueron destacables, una vez más, las actuaciones de Colombia y Uruguay, que con un proyecto futbolístico consolidado en el tiempo, llegaron lejos nuevamente. Ni que hablar de lo que no fue, y ahí está Argentina, que dejó una pobre imagen futbolística y que se despidió ante el campeón Francia. Premio consuelo para los sudamericanos, es que cayeron con quienes luego resultaron finalistas.
Así las cosas, terminó una nueva historia mundialista, que cerró con una fiesta a puro ritmo musical y que logró una imagen aceptable como sede para prestigio de dicho país. Allá a lo lejos está Qatar, y es tiempo de comenzar a caminar hacia tierras árabes. Hoy Rusia, dijo adiós.