El Papa Francisco visitará Chile y Perú en el inicio de sus viajes pastorales de 2018

El Santo Padre Francisco visitará el país trasandino y Perú, en lo que será su viaje número 24 fuera de Italia y de vuelta en Latinoamérica, luego de haber realizado incursiones a Brasil, Paraguay, Ecuador, Colombia y Bolivia. Cabe destacar que, en lo que América respecta, el Sumo Pontífice también estuvo presente en México y Estados Unidos.

Luego del arribo que el pueblo chileno recibió en 1987 de parte del fallecido Papa San Juan Pablo II, Chile volverá a presenciar la visita de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, que contará con la presencia de muchos fieles y personas, incluyendo muchos argentinos, durante la estadía del Papa Francisco. Luego, el Sucesor de Pedro, se hará presente en Perú.

Cabe destacar que el viaje comprenderá un total de tres días y será Santiago de Chile el sitio donde el pontífice desembarcará en su llegada. Posteriormente, el pontífice se trasladará a Temuco e Iquique; mientras que en Perú, el Papa arribará a Lima, para luego viajar hacia Puerto Maldonado y Trujillo.

La visita se da en un contexto bastante tenso de la sociedad chilena con la Iglesia Católica, que durante los últimos años, se vio salpicada por encubrimientos de altos prelados con sacerdotes que habían cometido abusos sexuales.  Sin embargo y como sostiene el diario El País de Chile, a diferencia de otros países, la Iglesia chilena jugó un papel preponderante en la defensa de los derechos humanos durante el régimen dictatorial comandado por Augusto Pinochet y acaecido durante los años 1973-1990.

En aquella oportunidad, el Cardenal Raúl Silva Henríquez fue quien, iniciado el proceso de facto, convocó a todas las iglesias para formar el Comité Pro Paz en virtud de ofrecer ayuda a las víctimas y quienes eran perseguidos por sus ideales.

Asimismo, y con el amparo del entonces Papa Paulo VI, quién estableció un decreto, Henríquez logró formar la Vicaría de la Solidaridad. Dicho organismo, que en el año 2016 contrajo sus 40 años de vida, no solo se enfrentó a los militares y los entonces paralizados tribunales de justicia, sino que se convirtió en un aparato que marchaba en detrimento de la violación a los derechos humanos y buscaba se respetaran los mismos.

Algunos años después, 2004 más precisamente, la Iglesia Católica de dicho país también estuvo fuertemente marcada con las denuncias que fieles y ex sacerdotes de la parroquia El Bosque, realizaron con respecto a abusos sexuales por parte del sacerdote, Fernando Karadima, ante la autoridad eclesiástica. Dicho caso también involucró a la Santa Sede y provocó dudas acerca del rol de la justicia civil en el país, debido a que el fallo del Vaticano, en el cual se declaraba culpable de abusos a Karadima, se emitió antes de que la justicia decidiera reabrir la investigación contra aquel.

Otro de los prelados que también fue sentenciado por los denunciantes, fue el Cardenal y Arzobispo de Santiago de Chile, Francisco Javier Errázuriz, quien después de ser fuertemente criticado por haber desestimado las denuncias y entrampando el avance de la justicia, pidió perdón a los denunciantes de Fernando Karadima por la lentitud en la investigación de los supuestos abusos sexuales cometidos por el ex párroco de El Bosque.

Así las cosas, la visita de Francisco puede pensársela, como la etimología propia de la palabra “Papa” lo indica,  en “construir puentes”, y en este caso lograr un ‘puente’ una los dos extremos para que la iglesia y la sociedad, trabajen en pos de un futuro próspero. Precisamente, una iglesia que en declaraciones del sacerdote Jesuita, Felipe Berríos, la misma “está muy alejada de la gente” y “con una profunda crisis del Catolicismo”, en dicho país trasandino.

Continuando en esa vía crítico-analítica, el religioso expresó; “Siento que la Iglesia católica chilena está muy alejada de la gente, tremendamente cuestionada y con una jerarquía que no llega a los fieles. Se han acabado las comunidades de base y la pastoral se organizó en torno a grupos religiosos conservadores”.

A su vez, Berríos aseguró que cuando Bergoglio era estudiante de teología en la Compañía de Jesús y luego como obispo y arzobispo de Buenos Aires, le tocó conocer a una Iglesia chilena muy respetada en Latinoamérica, con obispos de peso, que tenían opiniones que repercutían en sus diócesis y eran escuchadas hasta en Europa.

“Era una Iglesia católica que se la jugó con la reforma agraria y educacional, en los años 60’, por lo que ahora le debe sorprender una Iglesia callada, metida para adentro y que no va a la vanguardia de los cambios de la sociedad chilena. Y él, encima, diciéndole a la Iglesia que salga a la calle, que se meta en líos…”, manifestó el propio Berríos.

Berríos, quien reside en la humilde población de La Chimba, de la ciudad norteña de Antofagasta, es un hombre alejado de las altas cúpulas de la Iglesia y en donde sus declaraciones son muy influyentes en la opinión pública, a la vez que incómodas para los sectores mayores del episcopado chileno.

Para Berríos, la visita de Francisco conlleva muchos interrogantes y en donde la misma ha tenido “una organización críptica”. “Me habría gustado que se hubiesen hecho preguntas a las comunidades de base. ¿A qué le gustaría usted que el Papa se refiriera? ¿Qué conflictos ve usted en la Iglesia chilena? ¿Qué preguntas habría que hacerle a Francisco? Pero veo que el grupo que organiza es muy cerrado y que tiene al Papa demasiado protegido”, manifestó el sacerdote.

Por su parte, cuando fue indagado respecto de la realidad con la que Francisco se topará, Berríos aseguró que “será un ambiente mucho más democrático, con la gente empoderada, con mayor capacidad de información y opinión, gracias a la tecnología”.

Además, el sacerdote jesuita refirió positivamente que es una sociedad más crítica respecto a la que se hallaba cuando San Juan Pablo II visitó esas tierras. “Las reformas de la presidenta Michelle Bachelet que, por ejemplo, por primera vez consideraron la educación como un derecho”, es para Berríos uno de los puntos importantes que caracterizan a la sociedad chilena.

También, Berríos expresó que a pesar de todo, el encuentro será productivo y respecto a las temáticas que el mismo le plantearía al Obispo de Roma, en un ocasional encuentro frente a frente, el fundador de Techo e Infocap, adujo; “Le diría que Chile es un pueblo creyente, que tiene inquietud espiritual y está marcado a sangre y fuego por la manera en que vivió el sacerdocio San Alberto Hurtado, con un fuerte compromiso con los pobres y la justicia social. Pero que ese pueblo se siente abandonado por sus pastores y desilusionado con los casos de abusos sexuales”.

Por su parte también, Berríos hizo hincapié en que, dentro de los posibles cambios que el Papa podría propinar en Chile, los mismos deberían estar basados “en sus escritos”. Allí, él (por el Papa) “deja planteadas muchas cosas interesantes, a las que los obispos chilenos no han hecho mucho eco, como que no existe "la" familia, sino que un mosaico de familias. Yo no sé qué tanto el Papa está informado de cómo ha cambiado la Iglesia chilena, pero se va a encontrar con un público que le tiene cariño”.

Luego de su paso por Chile, el Papa Francisco llegará a Perú, en lo que será la tercera visita de un Pontífice a tierras Incas, tras las anteriores que, San Juan Pablo II, realizó en 1985 y 1988.