El Arzobispo de la ciudad de La Plata, Monseñor Héctor Rubén Aguer, cumplirá el próximo 24 de mayo 75 años de edad y, conforme lo establece el canon 401 § 1 del Código de Derecho Canónico, deberá presentar su renuncia ante el Santo Padre, Francisco.
Es válido mencionar que la Archidiócesis de la ciudad de La Plata alberga muchos años de historia y es una de las más importantes en la Argentina. Monseñor Aguer tomó posesión de la Sede Episcopal platense el 12 de junio de 2000, tras el fallecimiento de su antecesor, Monseñor Carlos Galán. Previamente, Aguer había ocupado el cargo como Obispo Auxiliar de la Catedral de Buenos Aires y en 1998, el Papa Juan Pablo II lo nombró como Obispo Coadjutor de la ciudad platense.
El pasado 2017, Monseñor Aguer celebró junto a muchos miembros de la curia argentina y fieles, sus 25 años como Obispo. Su imagen siempre ha sido tan respetada como controvertida, debido algunas declaraciones sobre temáticas relacionadas a la homosexualidad, la ley de matrimonio igualitario, entre otras aristas en las cuales sus apreciaciones han sido objeto de fuertes críticas por parte de la opinión pública, llegando incluso a los medios de comunicación.
Asimismo, la figura de Monseñor Aguer ha disentido bastante de lo que quizá anhela el Papa Francisco para con la Iglesia Argentina. Aguer pertenece al ala más conservadora de una iglesia que ha optado por un rumbo menos mundano y plagado de excentricidades, desde la asunción de Jorge Mario Bergoglio como pontífice.
El claro mensaje que Francisco ha entregado desde el 2013, es de poder otorgarle a la iglesia una impronta más acorde a los tiempos de un mundo en crisis y con una postura más rebelde y menos confort, para atender a los problemas que tienen en vilo al mundo. Recientemente, fue nombrado Monseñor Oscar Ojea, ex titular de Cáritas, como Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, siendo un claro mensaje de la dirección más comprometida hacia al aspecto social a la cual quiere conducirse a la iglesia nacional.
Siendo esto, no se sabe con exactitud cuáles serán los pasos a seguir por parte del Papa Francisco respecto de la elección del próximo Arzobispo de La Plata, aunque sí es casi un hecho que Aguer se encontraría transitando sus últimos meses como Arzobispo platense. Aun así, es importante mencionar que, si bien corresponde al Obispo enviar una misiva al Santo Padre para poner a disposición su renuncia, el Papa puede aceptarla o no necesariamente, lo que provocaría que Aguer continuara al frente del episcopado.
Por su parte también, es oportuno aclarar que fue el Papa Francisco quien realizó modificaciones en ciertos reglamentos en los cuales se erige la Iglesia Católica, entre ellos, el que establece la edad límite para los obispos, cardenales y miembros del clero, al frente de una diócesis.
En el documento confeccionado por Francisco, en el año 2014, en su Art. 1, se expresa; “Se confirma la normativa vigente en la Iglesia latina y en las diferentes Iglesias Orientales sui iuris, según la cual los obispos diocesanos y eparquíales, y cuantos están equiparados a ellos en los cánones 381 §2 CIC y 313 CCEO, así como los obispos coadjutores y auxiliares, están invitados a presentar su renuncia al oficio pastoral al cumplir los setenta y cinco años de edad.
Monseñor Aguer ostenta el título honorífico de Obispo, que es representado con los atuendos de color púrpura y en caso de no estar más al frente de la archidiócesis local, su figura devendría en Obispo Emérito, ya sin facultades para permanecer ejerciendo funciones dentro del ministerio pastoral, aunque poseyendo igualmente sus dignidades eclesiásticas de las que fue investido.
Por el momento es prematuro avizorar quien será el sucesor de Aguer, que, como se mencionó anteriormente, el Papa Francisco deba primero aceptar su renuncia de carácter formal.
Actualmente y desde hace unos años, Monseñor Héctor Aguer ha contado con el acompañamiento para un correcto gobierno de la diócesis, con los Obispos Auxiliares que fueron nombrados por el Papa Benedicto XVI, Alberto Germán Bochatey y Nicolás Baisi.
Cabe mencionar que los obispos auxiliares no poseen derecho a sucesión de la diócesis, siendo el caso de que esta se encontrara en Sede Vacante por la renuncia, perecimiento o traslado del obispo ordinario/diocesano. Quien sí tiene el derecho a tomar posesión de la diócesis es el Obispo Coadjutor, que también debe ser nombrado por el Papa.
Será tiempo de aguardar por lo que acontecerá dentro de la Iglesia platense, la cual fue erigida como diócesis en marzo de 1897 y se encuentra dentro de las ocho jurisdicciones eclesiásticas más antiguas de la República Argentina.