Ferrer Picado sostuvo que “esas acciones, además de poder ser consideradas como crímenes contra la humanidad, son definitivamente antiéticas, políticamente incorrectas e incompatibles con las más genuinas aspiraciones de paz de la mayoría del pueblo de Israel y un número considerable de intelectuales de ese país”. “No soy antisemita, repudio el Holocausto – una verdadera vergüenza para la Humanidad – pero estoy convencido que la Paz no se alcanza a través de grandes discursos, de estupendas expresiones discursivas, sino que se llega a ella a partir de una forma de vida que permita co-construir una otredad positiva para que los pueblos se desarrollen y re-conozcan en y desde sus diferencias en procura del bien común. No obstante que los derechos humanos tienen un valor universal, rechazo vehementemente la acción desarrollada fuera de las fronteras”. El dimitente confirmó finalmente que tomó la decisión al regreso del décimo tercero de los viajes de estudios que realizó al Oriente Medio e informó que “el texto de la renuncia lo envié a la señora Embajadora de Israel en la Argentina, Dorit Shavit, para que la haga llegar al Gobierno de su país”.
