Repudio a la agresión que sufrieron periodistas de 6,7,8, Télam, Tiempo Argentino y Crónica

El periodismo como profesión/oficio, y el periodista como actor imprescindible, son pilares para garantizar la libertad de expresión en tanto derecho fundamental e inalienable inherente a todas las personas; es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática. Este tipo de intimidaciones aisladas, que son rémora de un tiempo que dejamos atrás con esfuerzo, voluntad política y revisionismo cultural, atentan contra la construcción de una sociedad democrática basada en el respeto a los Derechos Humanos. Sin embargo, quienes cumplimos un rol institucional y político tenemos la obligación no sólo de repudiar estos hechos, sino también el deber de motorizar los mecanismos necesarios para prevenirlos desde la educación, la cultura, la Memoria, la Verdad y condenarlos desde la Justicia. La voluntad popular, manifestada en votos en las pasadas elecciones de octubre, consagró una expresión política que rechaza enérgicamente cualquier tipo de ataque sobre los Derechos Humanos como la libertad de expresión, y que creó las condiciones estructurales, jurídicas y simbólicas para encorsetar los hechos que los ataquen en el marco de la ilegalidad y el rechazo social. El camino está, tenemos que seguir trabajando y militando para que absolutamente todos los argentinos comulguen con esos principios y esos valores.