Desde dicho movimiento se refirieron al hecho de que “vivir contaminados es una realidad histórica y su cronicidad supera un determinado sector de la población, abarca un Distrito, señal inequívoca que muy poco se ha realizado y que por el contrario, el tema no ocupó un espacio en la agenda de los distintos gobiernos”.
En esa línea, señalaron que cada uno de los habitantes del distrito padecen diariamente y desde hace más de cuatro décadas, la contaminación de un basural a cielo abierto. “Pareciera que el proyecto de reconversión tantas veces anunciado, finalmente se concretaría y dejaremos de sufrir las consecuencias nocivas que ello nos ha causado”, sostuvieron.
Seguidamente, subrayaron además que el padecimiento de los habitantes de dicho municipio se debe también a la contaminación provocada por la falta de una planta de tratamiento de líquidos cloacales de red desde hace más de 10 años, como asimismo la contaminación del río, propia y de otros distritos vecinos, más el flagelo de las inundaciones, “que luego de 35 años hay una obra en marcha nuevamente para atender el problema de los desbordes”.
Además, sostuvieron que padecen de intranquilidad ya que “no encontramos información pública disponible sobre controles periódicos de la calidad de agua de red o de pozo domiciliario que consumimos. Lo mismo sobre los efluentes líquidos, gaseosos o sólidos de la producción local. Sería muy importante conocerlos y poder acceder a los mismos”.
“La historia de la contaminación industrial ha tenido un recorrido muy difícil en el pasado reciente de nuestra comunidad con lo sucedido con la ex empresa Curtarsa, entre otras. Aún está pendiente saber cuál es el pasivo ambiental que ha dejado donde funcionaba la planta productiva y las cavas donde depositó durante años sus barros industriales frente al basural municipal”, explaya el comunicado.
Como consecuencia de la degradación ambiental y sanitaria que generó dicha empresa, se dio lugar a la sanción de la ley 14.422 de re localización de la Curtiembre del año 2012, cuyo autor fue Juan Carlos Juárez, ex Diputado y vecino de Luján.
En referencia a ello, señalaron que “todo esto muestra la sensibilidad del tema en cuestión” y a consecuencia de ello se sancionó también la ordenanza 6224/13 que prohibió taxativamente la radicación de industrias de Tercera categoría, como las enumera la Ley 11.459 y sus modificatorias de acuerdo a su complejidad en términos integrales.
“Sin dudas esta Ordenanza define un modelo de desarrollo productivo y forma de vida en nuestra comunidad. Quienes hemos soportado los procesos antes mencionados, sabemos muy bien la diferencia entre vivir en armonía con la salud y un ambiente protegido”, añadieron.
Por eso, continuaron, “seguimos sosteniendo nuestra visión y posición de mantener sin modificaciones la normativa que regula la radicación de Industrias de tercera categoría a partir de la vigencia de la ordenanza 6224/13, porque además de sostener ese marco legal, no da lugar tampoco a la habilitación de la termoeléctrica, una empresa que va a contramano de lo proyectado en el mundo con la puesta en funcionamiento de la producción de energías alternativas limpias, que ya se están desarrollando en nuestro país, en la provincia y en distintos municipios que están a la vanguardia en esta temática”.
Finalmente, remarcaron: “No queremos seguir padeciendo más. Nuestra comunidad no lo merece”.