Vallejos propuso una mejora de los salarios, subir las retenciones al maíz y establecer cupos a la exportación de carne

La legisladora propuso una mejora de los salarios, subir tres puntos las retenciones al maíz y establecer cupos, para bajar el precio y garantizar el abastecimiento interno del insumo de engorde del ganado, para “desacoplar” los precios internacionales de los que pagamos en las carnicerías argentinas. Además, elogió la decisión gubernamental de frenar la devaluación y de acotar a un dígito las subas de las tarifas de servicios públicos.   

Vallejos advirtió sobre el “alarmante deterioro que vienen sufriendo en los últimos 5 años”, el ingreso real de los trabajadores, producto de la política económica del ex presidente Mauricio Macri y de la pandemia. 

“Tenemos un problema, con dos caras de la moneda: ingresos bajos y precios altos. Naturalmente, a esta realidad, se asocian los grandes dramas sociales que hoy lastiman a nuestra sociedad: el avance de la pobreza, el avance de la desigualdad y los altos índices de desempleo y de informalidad laboral”, explicó Vallejos, quien añadió que “la precariedad que hoy caracteriza a nuestro mercado de trabajo, al mismo tiempo, debilita la capacidad de los trabajadores de negociar mejores condiciones salariales. Y es un círculo que se retroalimenta”. 

En este sentido, la presidenta de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, puso el acento en “el fenómeno inflacionario que estamos viviendo, acentuado por el hecho de que los incrementos en los precios de los alimentos superan el nivel general, tiene mayor impacto social, cuando lo conjugamos con la realidad de los ingresos en la Argentina”. 

Vallejos tomó como referencia un informe del centro de estudios, Proyecto Económico que da cuenta que “el salario promedio cayó de USD 985 en enero de 2020, a 894 en febrero de 2021; la jubilación mínima cayó de USD 234,4 en enero 2020 a USD 225,9 en marzo de 2021; la AUH, cayó de USD 45,8 en enero 2020 a USD 44,1 en marzo de 2021. Los ingresos de los trabajadores activos y pasivos se han deteriorado de manera persistente”. 

El trabajo en cuestión señala asimismo que “enero de 2020 un salario promedio argentino podía comprar 3,58 canastas básicas alimentarias, en febrero de 2021 sólo compraba 3, es decir 0,58 canastas menos. Las jubilaciones mínimas, que en enero 2020 compraban 0,85 canastas básicas alimentarias, en marzo de 2021 sólo compran 0,8 CBA, es decir 0,05 canastas menos que antes. Y la AUH que, en enero de 2020 compraba 0,16 canastas alimentarias, en marzo de 2021 compra 0,15, es la que menos perdió”. 

En su presentación, intitulada “Ingresos, Precios y Distribución en Pandemia”, Vallejos sugirió una serie de propuestas para mejorar el ingreso de los asalariados y contener la inflación, particularmente, impulsada por los aumentos crecientes de los alimentos de consumo popular. 

“Por el lado de los ingresos, el Estado tiene algunas herramientas que puede activar. Por ejemplo, los salarios de los trabajadores públicos, son los más atrasados. Es algo que se podría mejorar. Lo mismo podemos decir de las jubilaciones, pensiones y otros ingresos asociados a la seguridad social, como la AUH. El SMV también es una herramienta valiosa para fijar un piso a los salarios, empujando también los informales, y debería tender a ubicarse en niveles próximos al valor de la canasta básica, que hoy supera los $60.000”, explicitó Vallejos.

En tanto, la legisladora remarcó que “los aumentos en los ingresos, que redundan en mejoras sobre el consumo y la demanda agregada, traccionan el nivel de actividad y, a la postre, el empleo y la inversión. Y, por supuesto, esa dinámica virtuosa también redunda en mayor recaudación tributaria”. 

Además, Vallejos destacó que “el congelamiento de tarifas dispuesto en el marco de la emergencia sanitaria -aunque matizado por el aumento de los combustibles-, ayudó a tener niveles de inflación más bajos en 2020” y agregó que “debemos considerar un acierto el hecho de que la salida del congelamiento tarifario se de en un contexto de aumentos moderados, de 9% para el caso de la electricidad y 6% en el caso del gas”.

En este sentido, Vallejos consideró que “aumentos de 2 dígitos hubieran significado un mayor impacto en la inflación y menor ingreso disponible para las familias”. En la misma línea de razonamiento, la legisladora del Frente de Todos, opinó que “la decisión del equipo económico de desacelerar la tasa de devaluación en este 2021 es acertada, ya que fue uno de los impulsores de la inflación el año pasado”.

Vallejos reiteró también la importancia de “desacoplar” los precios internos de los internacionales. “Para lograr este objetivo, podríamos pensar en distintos instrumentos, entre ellos, la aplicación de retenciones y la aplicación de cupos que, en el caso de la carne, debería combinarse con instrumentos de estímulo para incrementar la producción, de manera de poder satisfacer la mayor demanda de exportaciones, pero asegurando el abastecimiento interno en un nivel no inferior a los 50kg per cápita anual, considerando los niveles de 2020, ya de por sí más bajos que los niveles históricos que supo tener nuestro país”, subrayó. 

Por último, Vallejos se refirió a la importancia del “Estado como “armonizador de intereses” como “un imperativo moral elemental para cualquier sociedad” que permita “garantizar el acceso a los alimentos a todos los miembros de la comunidad, un derecho humano básico consagrado en nuestra Constitución”. Pero también a “una exigencia de racionalidad económica: evitar una mayor inflación, el derrumbe de los ingresos reales y del consumo popular, clave para una economía como la Argentina, donde el consumo interno, y no las exportaciones, es el principal motor del crecimiento económico, la inversión y el empleo”.

En este sentido, aclaró una vez más que “las exportaciones son la única fuente genuina de divisas pero el Estado debe intervenir para armonizar intereses y proteger el crecimiento, la producción y el trabajo. Y privilegiar el bienestar general por sobre los intereses sectoriales”.

“Siguiendo la misma lógica, Vallejos indicó que “el principal obstáculo a una moneda estable en países como la Argentina es que las clases que se benefician con la depreciación del peso, o, para el caso que estamos analizando, su equivalente: el alza del precio de las commodities agropecuarias, son mucho más influyentes que las clases que se perjudican. Por eso, es responsabilidad del Estado, entonces, equilibrar el peso de las influencias”.

Al finalizar, Vallejos descerrajó: “El principal obstáculo a una moneda estable en países como la Argentina es que las clases que se benefician con la depreciación del peso, o, para el caso que estamos analizando, su equivalente: el alza del precio de las commodities agropecuarias, son mucho más influyentes que las clases que se perjudican. Por eso, es responsabilidad del Estado, entonces, equilibrar el peso de las influencias”.