El legislador recordó que ese "No se olviden de Cabezas" “sigue tan vigente como hace más de dos décadas, y permanecerá así porque en definitiva más que un recordatorio es un llamado a la conciencia democrática, a la libertad de trabajo y, sobre todo, marca un hito para señalar el preciso momento en que se comenzó a visibilizar las mafias políticas y económicas durante una etapa muy oscura de la Argentina".
Y añadió: “Sin dudas fue la tortura y asesinato de José Luis el peor atentado contra la libertad de expresión en democracia y una clara violación de los derechos humanos porque lo mataron en pleno ejercicio de su profesión”.
“Fueron dos balas trágicas que, paralelamente, sacaron a la luz un complot maquiavélico entre la política corrupta y un empresario criminal", cerró el diputado radical, Diego Rovella.