El pasado martes, en las esquinas de 38 y 10, tuvo lugar un nuevo siniestro vial entre dos vehículos, que perdieron el control y terminaron por encima de la acera. Según testigos del hecho, en ese momento había una persona que estaba vendiendo barbijos que se salvó de milagro.
En ese sentido, uno de los vecinos que vive en la casa lindante a la esquina y que afortunadamente no tuvo que lamentar que ninguno de los automóviles se incrustara dentro de la propiedad, manifestó que “desde hace años y años pedimos lomos de burro o semáforos”, aclarando que se producen “mínimo 20 choques por año”. “Van a matar a alguien un día. O se me van a meter adentro de la casa”, exclamó con gran asombro y preocupación.
